2.

Una mujer de las novelas de detectives, la rubia escultural, la Beatrice pero terrenal.
Mística.
Sagrada.
Y yo olvidado en estos lares, en estas extrañas tierras.
Y tu un encendedor de cobalto, o de níquel.

:Sonríe, Oh Dios mío, misteriosa, Dios mío, coronada de laurel, te haría el amor, te besaría cada rincón de tu perfumado cuerpo de tu deliciosa sexualidad, oh Dios mío, pubis angelical, derramaría jugos violentos en ti, y te violaría, sí, te violaría, por qué no, por qué no, maldita sea, cuantas sensaciones, cuantos placeres, no me he olvidado del viejo Sade, claro que no, jamás olvido al viejo Sade, está aquí para mí, tengo aquí en la memoria todos sus bellos consejos, sus bellas fantasias imposibles, y te las otorgaría todas a ti mi reina, tenlo por seguro. No corras, soy tuyo y eres mia, soy tuyo y eres totalmente mia. Te amo. Amo tu hermoso calzón húmedo, tanto como amo una buena película de Tinto Brass. Un calzón rosadito, clise del clise, pero en ti los amo, oh bendecida, rozando ese vello, césped recién cortado, esperanza de la esperanza, promesa de la promesa, por que un solo un hombre bendito es el que  puede bañarse en ti, en tu gloria, los demás que somos?, basura acaso?, basura existencial?, chatarra futurista?, magos desterrados?, que somos? que mierda somos?.

Ella fuma vacia y en silencio.
Sus labios cherry, brillantes, mojados, susurran, algo, un casi imperceptible...

:No... no me dejes no... 

Ya casi nadie escucha lo siguiente. Es como un cruzar de piernas tierno y lento, con un sexo excitado y febril, pero tierno, siempre tierno,casi un beso de niña... 

de Fanny...

:en Le plat pays... no...

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